La decoración Feng-shui es una técnica oriental nacida en China hace 3.000 años y exportada a Occidente hace escasas décadas. Su objetivo básico es armonizar los espacios en los que convivimos. En España, muy pocos profesionales lo practican pero atrae cada vez a más personas, interesadas en buscar el equilibrio energético en sus viviendas, oficinas o locales comerciales.
Pese a que es considerado por muchos una pseudociencia, muchos profesionales han asumido sus principios.
Edificios públicos, como el Centro de Recursos Medioambientales de San Sebastián, el Teatro Guimerá de Santa Cruz de Tenerife o el hotel Suecia de Madrid, han recurrido a los criterios de diseño que establece este "arte".
El Feng-shui se ocupa de la estructura de la vivienda, de su decoración, ubicación, orientación y hasta de la colocación de los muebles.
El uso de materiales naturales -maderas, piedras, pinturas al silicato, tierra volcánica esmaltada, entre otros-, en suelos, paredes y todo tipo de revestimientos es otro de los fundamentos del Feng-shui, que logra también el ajuste energético a través de una particular utilización del color, los volúmenes, las texturas y transparencias o la distribución del mobiliario.
Pensar la vivienda para el ser humano
Un techo con ondulaciones que aumenta progresivamente en altura hace, por ejemplo, que la luz natural invada el espacio de una forma sinuosa y armónica, a lo que contribuyen además las puertas hasta el techo, que no rompen la continuidad entre ambientes.Los seres humanos pasamos una buena parte de nuestra vida en el marco de nuestra vivienda, nuestro hogar. Pero los decoradores e interioristas que han asumido los principios del Feng-shui consideran que de este modo pasamos la mayor parte del tiempo en lugares mal pensados en nosotros, lo que genera nerviosismo y estrés.
Los espacios pensados a partir del Feng-shui están distribuidos en función de la luz natural, uno de los elementos clave, que determina la supresión de tabiques y el redondeo de todas las esquinas y aristas en columnas y vigas. Así, los ángulos rectos cortan la luz y crean sombras, mientras las formas curvas permiten que fluya sin interrupción.
Cinco consejos básicos
- Usa formas suaves y redondeadas, evitando aristas y bordes muy esquinados.
- En el salón usa colores fuertes como el rojo, verde, o amarillo.
- Coloca espejos frente al lugar donde se come. No los enfrentes con puertas y ventanas.
- En el dormitorio, usa colores neutros, claros y relajantes.
- Los objetos vinculados con el agua se colocan en la parte norte de la casa.