viernes, 23 de septiembre de 2011

Otoño. Otra vez.

Vía Anya Adores
Pero aquella mujer, aunque naturalmente tenía que saber que ya no era hermosa, lo había olvidado en aquel momento. Con cierta parte de nuestro ser vivímos todos fuera del tiempo. Puede que en circunstancias excepcionales seamos conscientes de nuestra edad y que la mayor parte del tiempo carezcamos de edad.

Milan Kundera. La Inmortalidad.